sábado, 12 de agosto de 2017

Para

Se hace complicado a veces ser un tipo A (patron de conducta de riesgo coronario, uso abusivo de estrategias activas para conseguir una serie infinita de objetivos a menudo pobremente definidos). Siempre en movimiento, siempre en alerta, en guerra, considerando todas las ramificaciones y significados, librando todas las batallas en la mente a la vez, exprimiendo el tiempo, empujado o empujando por un reloj que no se silencia nunca, aún cuando a veces solo quieres decir...
Basta.
Para.
Respira.
Respira hondo y piensa.
Congela el segundero un instante.
Levanta la vista. Libera los ojos del siguiente paso del plan, el siguiente acontecimiento. Rompe el dique y que se derramen los pensamientos. Deja que esperen.
Disfruta de lo pasajero.
Que estás en agosto. Tienes veintiocho años. Leyendo un libro en una terraza al lado del mar. Sin preocupaciones. Esta noche es de festival y mañana es de baile. Dime: ¿Dónde vas corriendo? ¿Dónde quieres llegar tan rápido que sea mejor que el ahora? Que la vida pasa y se complica y cambia, que aún tiene más para dar, sí. Otoño llegará sin que hagas nada. Y siempre habrá un peldaño más en la escalera de la vereda, siempre se puede subir mas arriba y tener mejores vistas.
Pero ahora para y respira, que aquí se está bien y ninguna meta vale pasar el camino corriendo y mirando al suelo.

martes, 8 de agosto de 2017

Instrucciones básicas de cuerda

¿Sabes cómo te subes a una cuerda? Juntas las piernas, levantas uno de los pies, respiras hondo y te impulsas hacia arriba. Tienes que ir ya con los brazos abiertos, si te esperas a abrirlos cuando estás arriba te desequilibras y te caes. Que te vas a caer seguro igualmente, muchas veces, pero así empiezas bien.

¿Sabes cómo caminas por la cuerda? Sorpresa: vas paso a paso. Buscando el equilibrio y estar cómodo en un punto antes de moverte al siguiente. Porque a medio camino las cosas se van a complicar y porque las prisas no son buenas. Un truco: coge un punto de referencia - el mosqueton que tanto ha costado armar, el nudo en el árbol o incluso las cruces naranjas en el bolsillo de unos vaqueros sentados al final de la cuerda - y camina, camina, camina.

¿Sabes cómo te bajas de la cuerda? No lo haces si no has llegado al final. Si pierdes el pie, si te tambaleas, no saltas, peleas. Si te bajas enseguida que tengas problemas no aprenderás a mantenerte arriba. Tienes que intentar equilibrarte como sea, recuperar la estabilidad y seguir caminando. Aunque quizás vayas a caerte igualmente al siguiente paso.

Y si te caes no pasa nada. Vuelves al principio y te subes otra vez.